Salvo en una casa de campo, donde está más justificada la decoración, reconozco que no me gusta nada la cabeza de un animal colgada en la pared , más que nada porque me gusta la naturaleza viva. Aún así he encontrado fotos de estancias con ellas colgadas que están pasable; aunque no son santo de mi devoción.
Este dormitorio infantil me parece que resulta un guiño gracioso para aquellos con padres aficionados a la caza.
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